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El sindicato Alternativa Sindical de Trabajadores de Seguridad Privada, ASTSP, ha emitido un comunicado de apoyo al colectivo de seguridad de Metro de Madrid ante la investigación que se ha abierto por la Comunidad de Madrid por la supuesta agresión de dos vigilantes de seguridad a varios grafiteros.

Estas fuentes han añadido que desde algunas tribunas de opinión se está facilitando a los ciudadanos información errónea sobre las competencias de estos agentes y se les está ‘criminalizando’.

Según ha señalado este sindicato en un comunicado, “primero debemos ser cautelosos y respetuosos con la presunción de inocencia, por lo que hay que poner en cuarentena la versión de las dos supuestas víctimas ante la Policía, ya que son dos grafiteros habituales de los vagones de Metro de Madrid y además de los vídeos mostrados no se desprende ninguna agresión”.

Este sindicato ha remarcado que se trata de dos hechos supuestamente ocurridos en un intervalo de tiempo de un mes y sobre dos presuntas víctimas, “que son dos grafiteros habituales de los trenes del Metro, muchos de ellos, delincuentes habituales”.

No obstante, desde Alternativa Sindical han señalado que condenan “cualquier tipo de agresión verbal o física, la realice quien la realice, por lo que siempre defenderemos todo tipo de actuación proporcionada por los vigilantes en el marco de la Ley y no justificaremos a quien rebase esos límites”.

Dicho lo anterior, el portavoz de este sindicato, mayoritario en el colectivo, Alberto García, ha querido dejar claro que los hechos están siendo investigados por la la Unidad de Seguridad Privada de la Jefatura Superior de la Policía de Madrid, «por lo que parece prematuro que en algunos medios ya se dé por sentado que se ha cometido algún tipo de infracción penal por parte de los agentes de seguridad privada».

«Quizá», ha añadido, «pudiera parecer algo reprochable el lenguaje utilizado por estos trabajadores, según lo visto en estos vídeos, pero también hay que entender el contexto de la situación durante una intervención, máxime cuando ya se han dado numerosos casos, con sentencias judiciales firmes, de agresiones graves de estos grafiteros, apuñalamientos incluidos, a vigilantes de seguridad del Metro , lo que tampoco ayuda a que el trato verbal de los vigilantes hacia estos delincuentes sea el más cordial».

García también ha querido puntualizar algunos datos erróneos que se están facilitando en algunos medios de comunicación, como es el que, según estas informaciones periodísticas, los vigilantes de seguridad privada no puedan solicitar documentación.

«Eso es una información completamente errónea, los vigilantes están facultados, por Ley, a solicitar la documentación a cualquier usuario de las instalaciones de metro, mucho más si se tienen sospechas de que ha podido cometer un delito, una infracción administrativa o que es sospechoso de hacerlo».

Estas identificaciones son algo habitual, ha añadido García, dado que estas bandas de grafiteros actúan de noche cuando los trenes están en depósito.

En cuanto a que los compañeros soliciten ver los tatuajes también forma parte de la rutina de su trabajo, «ya que la mayoría de los grafiteros son delincuentes habituales y muy conocidos, entre otras cosas, por los tatuajes que llevan en su cuerpo, por lo que es un rasgo más de identificación que ayuda tanto a los agentes de seguridad privada como a la policía para saber si esa persona que está merodeando de noche por las instalaciones de Metro ha sido ya identificada en otras ocasiones por hechos vandálicos.

Igualmente, García ha calificado de errónea la información de que los vigilantes no puedan detener a algún infractor, «que sí se puede hacer hasta la llegada de las Fuerzas de Seguridad del Estado, lo que no se hace es ‘retener‘, como algunos medios han denominado, figura que ni siquiera existe en nuestro Código Penal».

Otro dato erróneo facilitado en algunas informaciones, a juicio de este portavoz sindical, es el de que los vigilantes realicen redadas «en el sentido peyorativo que esa expresión tiene: lo que sí existen son patrullas de seguridad que realizan rondas periódicas para custodiar los depósitos de trenes».

Finalmente, García, ha señalado que “sería un gran espaldarazo para el colectivo de seguridad privada que cada vez que un vigilante resulte gravemente agredido por un delincuente violento, los mismos medios de comunicación que han tomado tanto interés por difundir la supuesta agresión verbal sufrida por estos grafiteros, se hagan eco del estado de salud del trabajador”.

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