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En Madrid, a 16 de julio de 2018

Los vigilantes de seguridad que prestan servicio en la red del suburbano están siendo objeto, cada vez con más frecuencia, de agresiones físicas. El personal de seguridad privada carece de medidas de protección con las que preservar su integridad física a la hora de ser atacados.

Metro de Madrid, la segunda red de metro más grande de Europa y el más densamente poblado, y por ende, uno de los que más índice de delincuencia tiene. Los aproximadamente 1.680 vigilantes que prestan servicio en la red del suburbano madrileño son insuficientes para prevenir la comisión de hechos delictivos así como la protección de instalaciones y de usuarios y viajeros.

Tanto la Conserjería de Transportes como la Dirección de Metro de Madrid, con anterioridad a la adjudicación de finales de 2017 afirmaron que subirían un 20,7% las horas de vigilancia con la intención de que existiera más seguridad fija en las estaciones. Sin embargo faltaron a la verdad y ese supuesto incremento no es real dado que estaciones muy concurridas como, Plaza Castilla, Sol, Gran Vía, Atocha Renfe, Avda. de América, Méndez Álvaro, Diego de León, Príncipe Pío, Oporto, Callao, Embajadores, Nuevos Ministerios, etc. soportan muchísima afluencia de usuarios y viajeros, y por ende, la proliferación de manteros y carteristas al igual que otras muchas incidencias que deben ser atendidas por un único vigilante de seguridad.

Así las cosas, hace escasos días, en la estación de Méndez Álvaro, el vigilante sorprendía a un carterista y éste último agredió al vigilante produciéndole rotura de los ligamentos. Asimismo, el pasado día 13 de julio, en la estación de Opera, el vigilante fue agredido por dos individuos causándole fracturas en la nariz y en un ojo. Aunque prácticamente a diario se podrían estar denunciando agresiones de este tipo contra los vigilantes de seguridad.

La seguridad en la red de Metro de Madrid sigue siendo escasa e insuficiente, y por ese motivo los más perjudicados son los vigilantes de seguridad. Las líneas más problemáticas y concurridas deberían ser reforzadas con un par de vigilantes más por turno. Lo mismo sucede con las estaciones más concurridas y donde solo presta servicio un único vigilante, tendrían que ser reforzadas con un vigilante más, como mínimo, por turno.

No en vano, desde nuestra organización sindical estamos trabajando para que a todos los vigilantes de seguridad de la red del suburbano madrileño se les dote de chalecos anti trauma y anti pinchazo y de guantes anti corte como medidas de protección. El problema con el que nos encontramos es que a la hora de hacer valer la protección de sus trabajadores tal y como establece la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, las cuatro empresas de seguridad adjudicatarias de los lotes de Metro de Madrid – Ilunion Seguridad, Ombúds, Segurisa, y Trablisa – no piensan cumplirlo por el elevado coste, según las empresas, que conlleva la compra de esos chalecos y guantes. Aún con todo y con eso, lo seguimos peleando mediante la interposición de denuncias ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Madrid.

 

 

 

 

 

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