El Juzgado tumba el Calendario Laboral del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, por el conflicto colectivo presentado por alternativasindical Pontevedra.
Aunque resulte increíble, Securitas lo ha vuelto a conseguir; ha perdido otro juicio. Se ve que le ha cogido gusto a gastar el dinero que generamos los trabajadores, metiéndose en juicios innecesarios, solo para satisfacer los caprichos del cliente y con el respaldo de los demás sindicatos. Nuevamente queda demostrada la irresponsabilidad de quienes toman las decisiones en esta empresa, con total impunidad y amparo de sus máximos responsables, permitiendo que se siga ignorando los derechos de los trabajadores.
El Juzgado de lo Social número 4 de Vigo ha tumbado el calendario laboral impuesto por la empresa en el servicio del hospital Álvaro Cunqueiro; el conflicto colectivo lo deja sin efecto.
Bien es cierto, que después de presentada la demanda por alternativasindical Pontevedra, a esta causa se ha sumado la CIGA; pero no se crean que lo hacen por defender a los trabajadores del hospital, ¡NO!. Es simple y llanamente estrategia; se acercan las elecciones y ese hospital es un caladero de votos en la mente del líder de este sindicato. Esto se ha podido comprobar en la sala del juzgado; el delegado de la sección sindical de la CIGA no se llevaba ni preparado el juicio, contestando directamente que el del tema no sabía; que lo llevaba su amado líder.
Recordamos también, que el sindicato UGT, con el mayor número de delegados en Securitas y la presidencia del comité, no secundo la demanda ni se presentó al juicio; claro gesto este de apoyo a la empresa y no a los trabajadores. Los trabajadores siguen viendo cómo actúan, de la mano de la empresa para intentar salvarla o minimizar las sanciones que les suelen imponer los juzgados o la Inspección de Trabajo.
Desde este sindicato damos el más sentido pésame al que oposita a inspector y es delegado de la sección sindical de UGT, su estrategia ha fracasado; y seguimos tumbando sus triquiñuelas en ese servicio. No se va a convertir en su feudo “depurando” a quien discrepe con él y el cliente.