AFÍLIATE


En este sector servil, a los sindicatos UGT CCOO y USO se les ha adjudicado el papel de brazo ejecutor de la gran patronal del sector, enmascarado convenio tras convenio en reivindicadores de ese «nivel mínimo de bienestar», “ SALARIO O CONFLICTO “ de tal modo que su consecución parezca a simple vista una «conquista» del sindicalismo; cuando en realidad se trata de una «concesión graciosa» y pactada de antemano con la patronal, que a cambio de eliminar derechos como la jornada garantizada al transporte de fondos o ahorrarse una indecente cantidad de dinero en las compensaciones por incapacidad temporal, ofrecen unas migajas en forma de 6% que no iguala ni el 9% de IPC y de paso hunden a medio plazo a medianas y pequeñas empresas de la competencia que no podrán repercutir estas subidas a la administración pública, y de este modo tanto sindicatos como gran patronal se aseguran el equilibrio del sistema.
Estos sindicatos que han dejado hace muchos años de representar los intereses, necesidades y aspiraciones profesionales de los trabajadores, para erigirse en instrumentos de las grandes empresas. Son simulacros de sindicato que han traicionado su misión originaria, para convertirse en meros apéndices del sistema que dicen combatir; pero que, en realidad, garantiza su subsistencia.
Por supuesto, APROSER recompensa rumbosamente tal traición con sobornos que matan cualquier atisbo de vitalidad sindical: les garantiza una financiación parasitaria en concepto de horas sindicales y salarios acordes a un directivo, todo ello con cargo al presupuesto de cada gran empresa, convierte a sus dirigentes en una suerte de «delegados» del poder, etcétera. Y, una vez sobornados, estos tres sindicatos dejan de existir como tales: ya no dependen de las aportaciones de sus afiliados (cada vez menos y más hastiados), para depender de un soborno que, si faltase, provocaría su inmediata extinción.
Estos sindicatos nos han utilizado nuevamente a través de la reivindicación como herramienta para provocar una cortina de humo que enmascarase sus verdaderos propósitos. El convenio ya estaba pactado y además de forma que como se puede ver sólo ganasen algunas grandes empresas , y una vez que las empresas para las que trabajan han alcanzado su objetivo, rebajan el tono de sus reivindicaciones hasta reducirlas a la categoría de meros aspavientos retóricos, permitidos por la patronal que les sostiene.
Así se dan paradojas tan conmovedoras (tan siniestras, en realidad) como la que en estos días hemos vivido, sindicatos que convocan concentraciones para firmar un convenio que solo sirve a los propósitos de algunas grandes empresas, contra unos trabajadores que perderán en torno a un 3% de poder adquisitivo y unas PYMES que se verán abocadas al concurso de acreedores y todo ello tramado por los mismos que les sostienen.
Y una organización que actúa como sostén de unos determinados intereses o empresas no puede presentarse al mismo tiempo como adversaria de tales intereses, y revolverse contra quienes ha contribuido a encumbrar y deshacerse de la competencia… porque sería tanto como revolverse contra sí mismo. De ahí el tufillo lastimoso que desprende este convenio, concebido como una suerte de pantomima que unos pocos han tramado en contra de otros muchos, y que como obra de teatro que se precie tuvo hasta sus teatrillos pactados en forma de concentraciones que la patronal «comprende» benévolamente, como el padre tiránico «comprende» que su hijo de vez en cuando se corra una juerga, para después del desahogo seguir tiranizándolo más y mejor. A lo que el hijo tiranizado accede, pues sabe que su sustento depende de la generosidad paterna.


Portavoz de alternativasindical
Alberto García Martínez

Trabajadores y empresarios de este sector tendrán que ir pensando en algo, por que esto se va al carajo si nadie lo remedia y si siguen manteniendo a estos sindicatos.