AFÍLIATE

Podría tratarse de una película de acción pero no lo es, tan real como la vida misma la escena vivida en el AVE Valencia-Barcelona entre dos jóvenes y una persona que no paraba de acosar a las mujeres que viajaban en su vagón. Debería haber sido un viaje normal pero la improvisada situación vivida le dio carácter de un viaje muy especial en el que dos jóvenes mallorquines, Carlos y Marc se convirtieron en héroes por un día por su valiente intervención.

Dos jóvenes de 27 años que se encargaron de reducir e inmovilizar a un hombre, de unos 30 años, que acosaba a varias pasajeras en el tren de media distancia entre Valencia y Barcelona. El joven comenzó a lanzar comentarios inapropiados a unas mujeres entre 40 y 50 años ante la atónita mirada del resto de pasajeros, provocando una situación incómoda en el tren. El comportamiento del agresor iba a más a medida que pasaban los minutos lo que hizo que Carlos y Marc, los dos jóvenes le recriminaran su actitud.

La situación se puso especialmente tensa cuando el agresor cambió de objetivo, sentándose junto a una turista de unos 25 años aproximadamente que iba leyendo. Carlos, uno de los héroes relata que «la chica estaba acorralada entre la ventana y el agresor, su cara delataba que estaba incómoda y aterrada, ya que el hombre la acosaba y cada vez se acercaba más a ella; llegamos a pensar que era un carterista por lo que decidimos sentarnos junto a ellos en los dos asientos que estaban vacíos».

Su amigo Marc, el otro héroe de esta historia añade: «Fue nuestro ‘mensaje entre líneas’ para disuadirlo pero entonces se puso más agresivo reaccionando de forma violenta y llegando a amenazarnos con apuñalarnos cuando nuestro único objetivo era que todos los pasajeros se sintieran seguros. Nos decía ¿qué os creéis Superman? El cementerio está lleno de Supermanes».

Fue entonces cuando comenzaron los minutos más tensos al lanzarse el agresor sobre Marc a la vez que gritaba ‘te voy a matar’, ‘el finde pasado me peleé con dos y le di navajazos a uno, os voy a matar, que llevo el cuchillo encima’. En ese momento, Carlos, sin dudarlo, se lanzó sobre él, cuerpo a cuerpo cogiendo el brazo del agresor por detrás, y contando ambos con la ayuda de otro pasajero.

Tras un duro y amplio forcejeo, el agresor fue inmovilizado por Carlos y Marc durante algo más de una hora, hasta que el tren llegó a la Estación de Sants en Barcelona donde varios agentes de seguridad esperaban para intervenir, instante en el que los Mossos d’Esquadra procedieron a identificar al joven, quien pese a tener antecedentes fue puesto en libertad al tratarse de un daño menor y no existir ninguna denuncia en su contra.

Lo que podría haber sido un incidente muy grave quedó en un susto gracias a la intervención de Marc y Carlos, este último vigilante de seguridad, una de las profesiones menos reconocidas pero de vital importancia en este tipo de trayectos, estaciones, aeropuertos, hospitales…

Así lo destaca el portavoz de Alternativa Sindical, el sindicato del sector de la seguridad privada con más crecimiento de la última década. «En infinidad de ocasiones hemos reclamado más seguridad en estos trayectos, estaciones de tren, Metro… porque viajan muchas personas mayores, chicas que viajan solas y demás y desde Alternativa Sindical trabajamos para que todo el mundo se sienta seguro y para dignificar una profesión tan dejada en cuanto a medidas y condiciones laborales como la de la seguridad privada a pesar del papel tan importante que juegan en la sociedad».

Y añade: «Este caso no es más que un nuevo ejemplo de, por un lado, la evidente necesidad de reforzar la vigilancia en transportes públicos, y de otro de respetar como merece la profesión del vigilante de seguridad, que se nos tenga en cuenta en la medida y responsabilidad que tenemos, no ahora que ocurren este tipo de acciones heroicas como las de Carlos, el compañero vigilante, y su amigo Marc, sino también en momentos tan importantes como el que tendremos próximamente como es la negociación del Convenio por unas condiciones laborales justas para personas que en muchos casos como Carlos y Marc se juegan su propia vida por el simple hecho de ayudar al prójimo».

Es en momentos como este en los que la gente comienza a apreciar la importancia de una profesión como la del vigilante de seguridad. Gracias a la intervención de uno de ellos y su amigo, esta historia tiene un final feliz.